No me importará la casa desordenada, los sillones descosidos, los retales que dejan los antiguos amigos.
Si en esa habitación en la que dices te escondes, logro volver a encontrarte, a rescatarte, hacerte hablar...Si consigo que me quieras tan solo una parte de lo que lo hago yo sin emitir falsos e incompletos discursos.
Y sé que somos distintos, tan distintos que parece la letra triste de una canción.
Hace tanto que no somos cómplices que olvidé lo que sentía, cuando así nos comportábamos. Y es que no te conozco de nada…
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